Por Fermín Garay (*) /

Normalmente se dice que la religión es un sistema de creencias que brinda sentido y consuelo a la vida de las personas. Y las mentes más orientadas por la razón o el pensamiento empírico suelen complacerse en señalar las inconsistencias lógicas de la religión visible.
Rara vez se comprende el significado oculto o más profundo de la religión. ¿Y cuál es este significado oculto? Como señala Daniel Goleman en su libro “Los caminos de la meditación”, todos los sistemas religiosos tienen un núcleo íntimo que se basa en el desarrollo de la atención. La práctica de la atención mental es una experiencia directa, algo que se hace y que implica una inmediatez del objeto cognitivo. Por lo tanto no se trata de filosofía o creencia alguna.
La práctica de la atención mental es un proceso de creciente interiorización de la conciencia momento a momento, donde la experiencia acontece continuamente.
Posteriormente la experiencia se explica o describe conceptualmente, dando lugar a diferentes tipos de interpretaciones del proceso vivido, haciendo posible esa “religión visible” que suele ser tomada literalmente o analizada racionalmente, pero rara vez comprendida íntimamente.

(*) Psicólogo.