Psic. Graciela Álvarez /

El arte de acompañar a una persona con MIEDOS  (fatiga, depresión, insomnio, ansiedad, pánico, ideas obsesivas, somatizaciones, etc) es la consulta mas frecuente en estos momentos “post-pandemia».

El miedo enferma. El MIEDO ES ENFERMEDAD.

No olvidemos que “es más fácil engañar a una persona, que convencerla que ha sido engañada”… revenir, desbloquear, decodificar, descubrir la verdad, salir del engaño, son verbos a trabajar duramente ante las patologías que se presentan.

En la situación actual, donde el miedo como sintoma está instalado y todavía no sabemos exactamente “dónde vamos”, utilizó una expresión terapéutica, (en cualquier caso de enfermedad, aun las de mal pronóstico o con sentencias dictadas), “no sé a dónde quieres llegar, pero te acompaño hasta que encuentres las respuestas en tu cuerpo”. Para eso, es necesario trabajar, leer, informarse, preguntar, dudar de la información de los medios, y sobre todo creer en uno mismo. “NO TE PASARÁ NADA POR PENSAR DIFERENTE”.

DECODIFICAR el funcionamiento y la estrategia de un discurso y/o lenguaje perverso, que modifica el comportamiento y la manera de pensar de una persona, es una tarea inmensa para un terapeuta y un trabajo de gestión emocional tambien inmenso para un paciente.

¿Cómo funciona el cerebro ante la información?

Si por ejemplo yo digo “azul – blaco – negro”, como reacciona el cerebro ante la imagen del “azul”? seguramente que activa una imagen calma, abierta, tal vez como un cielo. El “color blanco” frecuentemente activa una imagen de pureza o transparencia, y el color “negro” una imagen asociada a duelo, oscuridad, depresión, etc.

El cerebro hace una asociación, que genera una “vibración determinada”. El cerebro asocia imagenes que provocan una vibración ante la palabra escuchada. ¿Y qué pasa cuando la imagen y la palabra generan miedo (miedo a la enfermedad y muerte) ? El bloqueo para pensar diferente es enorme porque se rompe un sistema defensivo y da lugar a una  pasividad que no permite pensar.

Salimos del tema pandemia y vamos a un ejemplo simple, de un padre  que castiga con mucha violencia a su hijo y le dice que lo hace porque lo ama y desea lo mejor para él; le da un mensaje perverso y perturbador, que contadice todos los conceptos que ese niño ha incorporado sobre el amor y la protección. Pero como ese menor no tiene opciones para elegir y pensar diferente a su padre, SE SOMETE A ESA VIOLENCIA QUE LA RELATIVIZA Y ACEPTA COMO NORMA.

Así funcionan los mensajes oficiales en esta pandemia.

Al no haber alternativas para pensar diferente (porque la información es unidireccional),  y ante el MIEDO A ENFERMAR O MORIR, las personas se someten a lo que se llama protocolos, que además, son órdenes de los poderosos que se supone, nos protegen. (OMS, Ministerios de Salud, Asociaciones Médicas, gobiernos, científicos, médicos en general y trabajadores de salud, etc.).

Además como no creerle a mi propio médico que siempre me ayudó y protegió? La confianza no se pone en duda. (!)

El médico fue siempre un servidor de la salud y los medios de comunicación fueron (NO siempre)  servidores de la verdad. ¿Como se re-emplazan esos conceptos éticos?

Así funciona el cerebro ante la MANIPULACIÓN. Es decir, con intervenciones muy hábiles para distorsionar la realidad, al servicio de intereses particulares.

Y lo más grave es que dejamos de confiar en nosotros mismos. Se acabó el sentido común, no podemos pensar y detectar el mensaje esquizofrénico.

La enfermedad comienza cuando dejo de ser YO, y SOY  lo que los demás desean que sea. Y en esta pandemia,  no podíamos pensar diferente, porque los demás esperaban que yo acatara las normas de vida impuestas. Y así se enfermó el cuerpo social, se enfermóo el cuerpo individual, se enfermó la familia y la cultura.

Me han llamado conspiranoica y antivacunas mil veces. Aunque tenga todas las vacunas del calendario mis hijos y yo. Pero seguí adelante participando en grupos de profesionales de la salud y el derecho, que se dedicaron a estudiar, investigar y debatir. Lo contrario de lo que hicieron quienes nos gobiernan.

Esta expresión “conspiranoia” muy utilizada en los grupos de y con poder, fue utilizada para crear “culpabilizacion en los que pensaban diferente, para ejercer un bullying psicologico (intimidacion) y para DIVIDIR a la sociedad, DIVIDE Y REINARÁS”.

La escucha y aceptación de los mensajes tóxicos las 24 hs del dia, que solo hablaban de hospitales desbordados, de pacientes intubados y de muerte, el uso obligatorio de la máscara, (que aún la usan las personas con miedo, luego de levantarse el protocolo), la obligatoriedad de la vacuna-ensayo, caso contrario se perdía el trabajo, no se podia ingresar a un hospital o a un avion, y el QUEDATE EN CASA, sin espacios para convivir, los niños sin escuela, sin amigos, sin cumpleaños, hacinados días más días, meses más meses, sin sol y con un TV que desinformaba siempre y con imágenes terroríficas que además no eran verdad, la pérdida del trabajo, el quiebre económico, la falta de consultas por otras patologías, y un gran etcétera, fue una manipulación y un abuso jamás visto en la historia de la humanidad. Y lo mas cruel fue el SILENCIO de los debían defender la verdad. Fuimos reenes de una tiranía.

 “quédate en casa” = quedate solo

“tápate la boca” = no hables

“vacunate”= entrega tu salud al sistema, acuerdes o no.

¿Desde cuándo creemos que la soledad, el encierro y el miedo curan?

De todo este abuso y de sus secuelas casi no se habla, pero se siente un terrible miedo a que se pueda repetir la misma situación. Y en el caso de los niños y adolescentes, ¿sabemos qué piensan? Cómo se proyecta un avenir en y con la incertidumbre como base ?

Entonces digo, como pensando juntos…, ¿qué reflexión nos dejó hasta ahora la pandemia?

Si aceptamos que la enfermedad habla de un desajuste interior, como la pérdida del camino, podríamos volver a la fuente, al origen, al concepto de salud. Por ejemplo cambiando  hábitos,  alimentación, incorporando actividad física en todos sus aspectos (¿cuántas horas tenemos de pantallas?), el hacernos cargo de nuestro cuerpo (¿es siempre el médico quien me bajará la presión, la diabetes o  el colesterol por ejemplo?), los objetivos de un cuerpo más saludable es una decisión individual que mucho tiene que ver con la educación, cultura y flia.

Es un aprendizaje, como dice un médico español muy comprometido, el Dr. Bizcarra, cuando habla de  “aprender y aprehender” (con h) , de la pandemia. La autoconciencia es el camino.

El tema es enorme, podemos  continuar, aceptando que podemos pensar distinto y aprender del otro.

“Distintos, pero no distantes”.

Graciela Álvarez

Psicóloga Clínica (argentina).

Actualmente reside y trabaja en Francia.